domingo, 5 de octubre de 2014

Copenhague, mi nueva adicción


Viajar siempre es algo especial. Un viaje comprende muchas emociones y esta vez,  era la primera vez que viajaba sola, por lo que era un viaje muy especial para mí.

En un primer momento el destino daba igual, lo importante era el viaje en sí. Pero apareció Copenhague y, no sé si será la emoción del momento, de recién llegada, pero me encantaría vivir allí.
Una ciudad cómoda, segura, muy feliz. Y eso se nota en sus calles y en su gente. La comida sana, el hygge, las bicicletas, los ojos azules imposibles.... Totalmente adicta a Copenhague.

DIA 1    COPENHAGUE PARA MÍ  

Llegué a Copenhague un jueves por la mañana, para ir del aeropuerto al centro, cogí un tren en la terminal 2, que en 12 minutos, me dejó en la estación central. Los billetes se pueden comprar en una máquina expendedora que hay antes de las cintas de recogida de maletas y se pueden pagar con tarjeta. Es mejor hacerlo en estas máquinas porque luego en las taquillas, hay mucha cola. El precio son 34 DKK.

Nada mas salir a la calle, el sonido de las obras me dio la bienvenida, y es que, estaba todo en obras, todo.

Mi hostel estaba a 5 minutos de la estación. El Woddah hostel. Lo encontré a la primera. 
Nada mas dejar mis cosas, encaminé mis pasos a través de la calle Stroget, porque tenía un sitio al que ir. Nyhavn.

Este muelle es lo mas representativo de la ciudad, y yo me moría por ver esas casitas de colores y sacarles fotos.




Antaño este era el lugar donde vivían los pescadores, esos pescadores que recorrían el mar Báltico embaucados por los cantos de sirena.

Hoy es una zona dónde los daneses se mezclan con los turistas entre terrazas, heladerías y la casa de Hans Christian Andersen.




Él escribió cuentos tan famosos como la sirenita o el patito feo. Desde esta ventana veía el ir y venir de los barcos y los pescadores. Desde aquí sentía lo que él llamaba nostalgia del afuera, y es que, como buen viajero, siempre tenía ganas de partir.

Y es que el lugar inspira, de hecho, había mucha gente pintando, escribiendo,..... ah Copenhague.


En el mismo canal hay dos empresas que ofrecen un paseo en barco, una de ellas cobra 6 €, la otra 11€, son exactamente los mismos barcos y el mismo recorrido. Me pareció buen momento para tener una primera visión de la ciudad desde el agua.



Visité los puntos mas emblemáticos de la ciudad, desde los canales. Como la iglesia de Federico.


En verano los daneses se bañan en el canal, pude ver a un valiente saliendo del agua por esas escaleras de ahí.



Después del paseo en barco, volví por la calle Stroget, admirando el ir y venir de la gente, que había mucha.
También había obras en todas las plazas, pero en su lugar me encontré con que los muros que tapan la obra, eran auténticas obras de arte, como el happy wall, unos caballos que salían de la pared, zapatos colgados,..., se nota que los daneses aman el diseño.

Por todas partes habían 7eleven y decidí comprar la cena en uno y sentarme en la plaza del ayuntamiento con mis brochetas de pollo tikka, a terminar el día, entre el Tivoli y la estatua de Hans Christian Andersen. 

Por la noche cuando me metí en la cama fue cuando me di cuenta de que estaba sola. No me había sentido sola en todo el día, me había desenvuelto como pez en el agua por las calles de Copenhague, y había disfrutado de mi compañía, estaba contenta, y me fui a dormir con el sabor de la victoria.





DIA 2    COPENHAGUE CON AVISPAS

Hoy me puse la camiseta mas rosa que tenía y esto debió de hacer mucha gracia a todas las avispas del mundo, que estaban pasando unos días en Copenhague, y decidieron que no pasara sola el resto del viaje, ellas me acompañarían. El caso es que eran unas avispas diferentes, y estaban atontadas, así que dejé que me acompañaran. 

Ayer, desde el agua, había algo que me había llamado especialmente la atención.
El bonito edificio de la  bolsa, con su torre en la que cuatro dragones retuercen y elevan sus colas 50 metros hacia el cielo báltico. 

Hacía un dia precioso.



El tiempo en Copenhague cambia constantemente, de repente un cielo azul impresionante y al segundo una nube lo envuelve todo y hay que ponerse la cazadora.


Mi intención era visitar algunos museos, pero había algo que me obligaba a sentarme en  cualquier parte y ver pasar a los daneses en sus bicis.
Al final no entré a ningún museo, pero a cambio me empapé de la vida cotidiana.

Paseaba sin rumbo fijo y me paraba cuando algo me llamaba la atención. Crucé puentes, canales, me mezclé entre la gente y vi tiendas curiosas. El buen gusto que tienen los daneses por el diseño, queda totalmente confirmado.












Hoy quería ir a comer a un sitio que recomienda la lonely. Tenía que probar el smorrebrod, que no es otra cosa que un sandwich sin tapa, y por lo visto el mejor sitio para hacerlo era  Slotskaelderen hos Gitte kik. Fortunstrade 4.

La dinámica del lugar es la siguiente, en mi caso al ir sola, me sentaron en una mesa larga con unos japoneses que comían a una velocidad de vértigo y unos italianos mafiosos. Me pusieron presidiendo la mesa, la situación me pareció un poco surrealista. Me mandaron a una mesa donde están todos los sandwiches expuestos, señalé el que me apetecía tomar y volví a mi mesa, donde los japos ya estaban con las cuentas. El smorrebrod que elegí era de guisantes, espárragos  y jamón, y aunque tampoco me pareció nada del otro mundo, estaba jugoso y sabía bien. El precio, como todo en Copenhague, caro. El sandwich y una botella de agua, 11€.  Ese día comí sola en una mesa con 10 personas. Qué cosas.

Después de comer tenía claro que quería ir a Rundetarn. Kobmagergade 52. La torre redonda.
La calle que me llevó hasta allí, me encantó. Estaba llena de tiendas de cacharritos, cafeterías y una super tienda de chocolate. En Copenhague siempre suena música y eso hacía el paseo muy motivador.

Esta torre se construyó como mirador astronómico y hoy se pueden observar los estilizados tejados de la ciudad. La entrada me costó unos 4 €.




Desde la parte derecha de la torre había visto un enorme parque con un castillo ¡Un castillo! Así que mis pasos se dirigieron hacia allí.



Entrar en un parque de Copenhague, es entrar en un mundo a parte, nada que ver por lo que hasta ahora yo conocía por parque. La gente va elegante, juega al cricket, pasea a su bici... y todo eso lo hacen delante de un castillo llamado Rosenborg.
Ante ese despliegue, decidí en vez de visitar el interior del castillo, sentarme en el césped y ver como la gente del lugar disfrutaba su tiempo libre. Otra vez.

Ví gente con copas de vino charlando tranquilamente, familias con sus bebés rubios, lecturas a la sombra de un árbol, alguien tocando la guitarra...

Me encanta Copenhague. Hasta sus parques tienen un estilo bárbaro.




Antiguamente correrían por aquí vikingos sedientos de violencia, pero hoy, nada mas lejos de aquello, los habitantes de Copenhague son sinónimo de estilo, elegancia y civismo.


Era viernes por la tarde y el momento perfecto para ir al Tivoli, uno de los parques de atracciones mas antiguos del mundo. 
Hay varios tipos de entradas, yo compré la normal, ya que no quería montar en nada y fueron 12€.  Hay opción de pagar un ticket a parte cada vez que quieras montar el algo, o bien una entrada que da acceso ilimitado a todas las atracciones y que cuesta unos 30€.
En verano los viernes hay concierto a las 22:00h. Los sábados fuegos artificiales y espectáculo láser.

El Tivoli para mí fue un lugar extraño, nostalgia, recuerdos de la infancia,...

Desde luego no parecía un lugar para disfrutar en solitario, pero allí estaba yo, paseando en un parque de atracciones rodeada del ruido de las atracciones, que subían y bajaban y despedían gritos, música de una banda, puestos de globos, manzanas caramelizadas, y gente. Intentándolo.

Parece que la percepción del tiempo cuando se está solo es diferente, esa tarde se hizo larga y eso que me dediqué a sacar fotografías. Quizás el Tivoli es un lugar demasiado familiar para una viajera solitaria. Aún así tenía que exprimir cada momento de mi viaje y no iba a dejar de explorar un sitio archiconocido.

El Tivoli fue creado en 1843, con la premisa de "mientras el pueblo se divierte, no piensa en política".
Y paseando por el parque, viendo la expresión de la gente no me extraña que Dinamarca sea uno de los países mas felices del mundo.













Cené y me uní a la gente para disfrutar de un concierto de Oh Land, en los jardines del Tivoli. Hacía mucho tiempo que no iba a un concierto.
Volví al hostel caminando, ya que, Copenhague es una ciudad super segura incluso de noche hay muy buen ambiente, muy sano.

DIA 3 COPENHAGUE SIN BICI

A estas alturas ya era irremediablemente adicta a Copenhague, a sus calles, a sus músicos, a sus edificios, a sus bicis y a su felicidad.
Esa mañana en la Stroget me encontré un piano viajero, delante de una gran sonrisa. Definitivamente esta es mi ciudad.



Perdí mis pasos por las calles de una ciudad que se pasea en bici. Paseé, me senté, volví a pasear. No tenía bici, pero no me hacía falta. Otra vez ese algo que tiene Copenhague me obligaba a no poder cerrar los ojos, a no visitar nada de interior. Solo a ver y sentir el ritmo de una ciudad que vibra a ritmo de pedales. Una ciudad muy concienciada con el medio ambiente. ¡Copenhague y su vida sana!







Libertad ¿Acaso no suena genial? ¿Por qué no existe un lugar en el que cada uno pueda hacer lo que le dé la real gana, con absoluta libertad? Un momento, ese lugar existe. Y se llama Christiania. Y está en mi ciudad, Copenhague.

¿Que qué es Christiania?

Christiania es una ciudad libre, no hay leyes, no hay normas, no hay prohibiciones, (solo las drogas duras), Christiania es un "yo me lo guiso, yo me lo como", un respetar, vivir y ser feliz.

Lo diferente es bonito, las mezclas son bonitas. Aquí me encontré casitas adorables mezcladas con barracones grafiteados, me encontré lugares ruidosos y remansos de paz, un templo tibetano, flores, ventanas con sonrisas, baldosas pidiendo paz, lugares dejados, lugares cuidados hasta el mas mínimo detalle, cosas gratis, cosas pagando, puertas con corazones, frases que parecían escritas para mí....

Un lugar único en el mundo, que sale adelante gracias al respeto.
Al principio pensé que sería un sitio dónde la gente antisistema podía fumar hierba a sus anchas, pero paseando por allí vi familias, familias que viven su vida libremente, gente bohemia leyendo a orillas del río, gente que venía de trabajar, señoras que plantaban flores en botas de agua.

 En fín, que me sorprendió mucho y creo que todos los países deberían aprender algo de Christiania.




Hay quién lo llama experimento social, un experimento que lleva más de 40 años autogobernándose.

Dicen que a los habitantes de Christiania (unos 900) no les gustan las fotos. Yo no tuve problemas en usar mi cámara, sólo respeté el "Green district" que es la zona de "fumadores", hay carteles que te piden que no hagas fotos y que ¡No corras! ya que puede generar pánico.

En verano a las 15:00h. Hay visitas guiadas por el ¿barrio? ¿ciudad? ¿estado? ¿Como definir a Christiania? Christiania es Christiania, un batiburrillo de ideas. Y punto. Si no te gusta, no te preocupes que en unos minutos puedes volver a la Unión Europea. ¡Ah! Y no necesitas el pasaporte.




Al salir de Christiania, en el barrio de Christianshavn y al que había llegado en un agradable paseo, me di cuenta de que no había cogido el metro en Copenhague así que en la parada de Christianshavn, tomé uno, tan limpio y tranquilo como el resto de la ciudad, y me bajé en el final de la calle Stroget, para recorrerla a gusto antes de acabar mis días en la ciudad.





Hoy la Stroget me despidió con conciertos, algo de lluvia, y bicis aparcadas.



Tenía una sensación extraña, terminaba mi viaje en solitario, por una parte quería regresar a casa y compartir mis vivencias, y por otro deseaba no separarme de Copenhague.

Al día siguiente a las 4 de la madrugada emprendí el camino de vuelta a casa. Me asustaba un poco tener que salir a esa hora. Yo sola en medio de la noche de Copenhague. Bueno pues os puedo decir que había mucha gente de fiesta en la calle, pero educadamente se apartaban y nos cedían el paso, a mi maleta y a mí.
En la estación central cogí el tren al aeropuerto que funcionan durante toda la noche, cada 15 min. Todo son facilidades aquí. En un 7eleven compré mi desayuno y me despedí
de mi ciudad en un avión de Norwegian, muy cómodo y con wifi gratis.


Reflexiones   

Viajar solo es...¡Genial!
 Muchas veces al ir acompañados se comete el error de querer ver, de tener que ver, ya sea porque al otro le entusiasma, o porque no se sabe cuando se va a volver. En esta ocasión, viajé por viajar, me daba igual no ver nada, me daba igual dejar cosas en el tintero. Viajar. Sola. Eso es lo único que quería hacer. Y no sabéis como lo disfruté. Al ir sola, paseé sin ir a ningún lado y tomé fotografías durante horas. También hubo momentos que echaba mucho de menos, no lo voy a negar, incluso creo que hablé sola en algún momento, pero me reí de mis gracias.

Ha sido un experiencia muy positiva en mi vida, me siento muy satisfecha y porque no decirlo...poderosa. Sé que soy capaz de esto y más, sé que viajar es bueno para mi corazón y sé que si fuera una ciudad, sería Copenhague.



25 comentarios:

  1. Genia! Me alegro de que todo fuera bien. Yo (David) mañana me voy solo a Pisa y Florencia, a ver como me va... :P
    Saludos

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    1. ¡Seguro que te va muy bien!
      Lo difícil es el primer paso. Disfrútalo mucho y cuéntanos algo por las redes ;)
      Ánimo, un abrazo!

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  2. Que sepas que me has metido el gusanillo deirme sola!! jeje se lo he dicho aJordi y hemos quedado que puedo irme a uno que él no tenga ilusión de visitar jaja
    El año que viene, seguramente, hará un master y tendrá menos tiempo libre, así que quizás me animo ^_^
    un abrazo!

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    1. Cuando dices que te vas de viaje teniendo pareja es como ¿¿¿¿¿????? Pero yo te aseguro que es una experiencia súper positiva y seguro que a Jordi le encanta una super mujer que sepa valerse por si misma en cualquier lado.
      Yo ahora estoy deseando volver a Copenhague con él y enseñárselo ¡Que guay! Mira...Aquí hice esto....Aquí aquello...
      Anímate, viene muy bien y si no ¡Hay que hacer el #bicitrip!
      Un abrazo.

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  3. Me encanto tu relato y que te haya gustado viajar sola, yo lo hice muchas veces y cada vez me gusta mas.- Lo recomiendo siempre pero hay gente que no se anima nunca, una pena.... Me quede flipada con lo del parque tivoli,,,, mientras el pueblo se divierte no piensa en politica... como en roma al pueblo pan y circo tal cual jajaja bueno me encanto todo y esta dentro de mis pendientes, cruzaste a Malmo ???

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    1. Hola Alejandra,
      Gracias por comentar. Gente como tú me sirvió de ejemplo, la verdad es que os admiro ¡valientes!

      Lo disfruté y lo más importante es que me sirvió como desarrollo personal.

      El Tivoli me pareció extraño, sí. Aunque poco queda de aquella premisa puesto que ahora Dinamarca es un ejemplo a seguir ¡A ver si aprendemos!

      No crucé a Malmo, en la próxima visita, quizás.

      Un fuerte abrazo!

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  4. Bonito relato! Lo que más me ha llamado la atención ha sido Christiania, me la imagino como una especie de Tacheles! Me encantaría visitarla... quien sabe... algún día haré un #bicitrip, aunque sea sola!

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    1. A mi también me sorprendió, no fue como lo imaginaba. Desde luego no deja de ser curioso.
      Tendré que pasar por Tacheles y comparar...
      Si si Copenhague es perfecto para el #bicitrip y para un viaje en solitario, seguro que te encantaría. Ah! Y es casi imposible perderse! ;)

      Un abrazote!

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    2. Lo tienes complicado! Tacheles cerró y creó que esta última vez es para siempre... Pero en Berlín encontrarás muchos lugares de ese estilo. Un besazo!

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    3. Ohhhh que rabia enterarte de cosas que ya no existen. Con la ganas que tengo de Berlín!

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Me alegro que disfrutaras de la experiencia de viajar sola, yo ya lo he hecho en algunas ocasiones, la última hace 15 días en Amsterdam y aunque tiene sus inconvenientes es algo que todo viajero debería probar alguna vez en la vida. Es una experiencia distinta: vas a tu aire, el tiempo te cunde más, te paras todo lo que quieres, etc. Por otro lado, me han entrado muchas ganas de ir a Copenhague acompañada... o sola! Un abrazo!

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    1. Totalmente de acuerdo. Me encantó pasear sola, pararme donde quería y el tiempo que quería. ..
      Estoy harta de que nos hagan pensar que estar solo es malo, no es así.
      Aunque es verdad que en buena compañía hay cosas que se disfrutan más.
      Te recomiendo Copenhague, yo estoy enamorada y me parece una ciudad especial para viajeras, ya sabes ¡Anímate!
      Gracias por comentar.
      Un abrazote!

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  7. Gracias por descubrirnos Christiania además de confesar lo bueno y lo menos bueno (que no malo) de viajar sola, yo aún no me he atrevido a experimentarlo y reconozco que me cuesta. Espero poder hacerlo algún día.

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    1. La cuestión es si te apetece o no. A mi me apetecía mucho y no lo hacía por miedo.
      Si te apetece probar esta experiencia, ánimate, seguro que sacas cosas positivas.
      Querer es poder y nada mejor que demostrárselo a una misma.

      Gracias por comentar.
      Saludos!

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  8. Viajar sola es una experiencia muy enriquecedora, yo lo llevo haciendo de un tiempo para acá y la vida no deja de ponerme en el camino personas increíbles con miles de anécdotas por contar. Un abrazo.

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    1. ¡Qué bien! Desde luego no hay que dejar de hacer las cosas que a uno le gustan, por el hecho de hacerlas solo.
      Un abrazo!

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  9. Cuando visité Dinamarca fui a otros sitios y me decepcionaron bastante; parece que Copenhague no tiene nada que ver! Tendré que ir pronto por allá! :)

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    1. Ohhh no me digas que te decepcionó, vaya a mí me pareció un país increíble. Tendré que conocer el resto del país y tu quitarte la espinita con Cph.

      Saludotes!

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  10. Es que viajar sólo es el mejor modo de viajar. Si te acompañas de un libro pequeño que quepa en tu mochila conseguirás eliminar los momentos de soledad en los que a veces la cabeza se deja ir por caminos de soledad...
    Enhorabuena por atreverte Iciar.... Hay que seguir :-) y sigue escribiendo!!!!!

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    1. Muchas gracias Miguel,
      Muy buen consejo, llevé mi libro que también quería salir de viaje, que buena compañía.

      Sí, esto es un no parar ¡Y que no pare nunca!

      Un abrazo!

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  11. Iciar, me ha encantado el post, muy completo! Yo hace tanto de este viaje que se ha quedado en recuerdos jejejej Para mi lo mejor Nyhavn y el lado más hippie y bohemio de Copenhague, Christiania.
    Yo, como sabes lo viví en familia, pero lo guardo como un viaje muy especial por ser el último que pudimos realizar los tres juntos. Viajar sola es sin duda otra forma de viajar que siempre animo hacer (aunque me miren con cara rara), ya no porque el ritmo te lo marques tú sin depender de nadie, sino porque estás más abierto a todo, a nuevas experiencias y a conocer gente, te haces más flexible y porque las cosas más sorprendentes siempre pasan cuando viajas solo!
    Aquí tienes ya otra seguidora ;-)

    Un abrazo ;-)

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    1. Hola Gracia,
      Gracias por tu visita.
      Mira, el caso es que Copenhague es especial para nosotras por diferentes motivos.
      A mi también me sorprendió Christiania, qué cosa.

      Totalmente de acuerdo, siempre he admirado a la gente que is lanzáis al mundo solitos y es verdad que después de probarlo, es diferente, estas abierto a todo lo que suceda y a lo que la ciudad te quiera mostrar. No sé cómo que sin ver, ves mas.

      Me encanta tenerte por aquí, nos leemos :)

      Un abrazote!

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  12. ¡Qué suerte haber tenido la oportunidad de viajar a Copenhague! Yo no he podido ir todavía, aunque puede que en las vacaciones de abril vaya a visitar a una amiga que está estudiando allí. ¡Tendré toda esta información en cuenta! :D

    Por cierto, acabado de conocer tu blog, pero ya te has ganado una nueva seguidora ;) Poco a poco, me pondré al día leyendo tus entradas.

    ¡Un saludo!

    Chelo
    unaestudianteporelmundo.com

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  13. Hola Chelo,
    Bienvenida a Diarios de viaje. Seguro que compartiremos un montón de experiencias viajeras!

    Si tienes la oportunidad de viajar allí ¡No lo dudes! Es una ciudad de 10, seguro que una persona que vive allí te descubre un montón de rincones, aprovecha!

    Gracias por comentar
    Un abrazo!

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